miércoles, 19 de noviembre de 2014




Fue desarrollada por el médico argentino Antonio Nores Martínez, quien buscaba un animal adecuado para la caza mayor de especies habituales en Argentina, tales como jabalíes, pecaríes, pumas y zorros colorados. En la década de 1920, Nores Martínez (ayudado por su hermano Agustín, su padre Antonio y tíos) decidió crear una raza de presa que reuniera las mejores cualidades del perro de pelea cordobés, pero con unas dimensiones y una fuerza física superiores. Además, buscaba un perro que tuviese aptitudes para la caza en jauría, pero que fuese capaz de batir o parar él sólo a la presa en combate hasta la llegada de su amo o el resto de la jauría.
Se utilizó como base fundacional al perro de pelea cordobés —ahora extinto—, que era una mezcla de razas introducidas en la Argentina por los residentes ingleses, bull terrier y bulldog, con razas que habían traído los españoles, alano español y mastín español. A estas cruzas, que se utilizaban en las peleas de perros, se sumaron líneas de sangre bull terrier y Mastín del Pirineo. Así, en la decimotercera generación, consiguieron perros de combate.
Estos perros blancos llamaron la atención, ya que difícilmente otra raza podía vencerlos en los círculos de pelea. Creándose así la casta Araucana. Posteriormente Nores Martínez se propuso legalizar el perro que había criado, y como los combates comenzaron a prohibirse en muchas partes del mundo, se inclinó por desarrollar un perro de caza que levantara, siguiera y capturase a la presa. La casta Araucana no servía para la caza debido a que eran muy agresivos entre sí, muy pesados en relación a su altura y carecían de olfato. Por lo que se introdujeron líneas de Pointer, creándose la casta Guaraní. Estos dogos mantenían el espíritu luchador de la casta Araucana, pero eran más resistentes para perseguir la presa, tenían mejor olfato y se podía lograr que no pelearan entre sí.

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